miércoles, 28 de diciembre de 2011

TODOS LOS DÍAS SON DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES







     "En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos."




     Recordamos  en el 28 de diciembre el día de los Santos Inocentes. A lo largo del tiempo, el sentido de esta  fecha se  ha venido devaluando, habiéndose convertido en el día de las bromas por excelencia. Pero  no fue precismamente una broma la matanza de Herodes de todos los menores de los alrededores de Belén ni es ésta una fiesta que merezca hilaridad de ninguna clase.
     Jeremías profetizó el acontecimiento, resaltando el llanto de Raquel pore sus hijos muertos. Hoy, sin embargo, ni siquiera  Raquel  llora ya la muerte de sus  hijos,  sino que incita a su asesinato. Los Santos Inocentes deberían conmemorarse cada día en nuestra sociedad , que promueve el aborto , que lo acepta, que lo ejecuta, que lo convierte en un derecho y en ocasiones, hasta en un deber. Miles de inocentes son exterminados a diario ante nuestros ojos, sin que ya se nos  conmuevan  las  entrañas,  porque se nos ha adormecido  la conciencia.

       No sería justo cargar la toda culpa del mal de este siglo sobre las madres que llevan a cabo esta iniquidad. Todos somos cómplices de la matanza: desde el legislador que  que promulga la ley inicua hasta la autoridad  que la sanciona; desde el médico que lo recomienda o lo ejecuta hasta los educadores que infunden en  la juventud doctrinas contrarias a la ley natural; desde los votantes de los partidos que  incluyen el aborto en sus programas,  hasta los ciudadanos que con nuestra apatia lo consentimos o no ponemos medios suficientes para su abolición. Hoy Herodes se multiplica en cada uno de nosotros, como los Santos Inocentes se multiplican a diario en cada niño abortado.

   Esta sociedad actual, estulta hasta sus cimientos,  se llena la boca con sus frases huecas  sobre la solidaridad, la integración,  la igualdad del género, la lucha  contra el sexismo, los derechos de los animales, de las plantes y hasta del mobiliario urbano ( todo ello muy defendible,  pero no lo principalmente defendible)  pero resulta incapaz no ya de frenar, sino aún de tomar conciencia , del crimen organizado que se comente a diario en los miles de abortorios esparcidos por nuestras calles, junto a nuestra casa, al lado del colegio al que asisten nuestros niños ( esos que tuvieron la suerte de nacer)  y dentro del radio en el que no se permite fumar para no contaminarlos,  pero en el cual sí se permite la destrucción de la vida humana en sus inicios.

     Una sociedad  que no respeta el valor esencial a la vida, es una sociedad esencialmente abocada a la destrucción. Como dijo Bernanos:

   
  
    
     "No olvidéis nunca que este mundo odioso se mantiene en pie por la complicidad - siempre combatida, siempre renaciente - de los santos, de los poetas y de los niños. ¡Sed fieles a los santos! ¡Sed fieles a los poetas! ¡Sed fieles a los niños! ¡Permaneced fieles a la infancia! ¡Y no os convirtáis nunca en personas mayores! "




 


 

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