martes, 31 de enero de 2012

¡NO NOS CONDENE, SR. MINISTRO!



 NO NOS CONDENE, SR. MINISTRO





El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha concretado que la reforma en la Ley del Aborto que tiene previsto poner en marcha el Gobierno volverá a un modelo de "supuestos" en los que una mujer podrá interrumpir su embarazo y se eliminará el modelo de "plazos" introducido por el PSOE en la última reforma.
    
     Durante una entrevista en TVE, Gallardón ha explicado que "la última reforma del PSOE obvió que el concebido tiene derecho a la protección" y afirmó que esa consideración ya la fijó el Tribunal Constitucional cuando se pronunció obre este asunto tras la aprobación de la ley original de 1985.
Gallardón ha dejado claro que a partir de la próxima reforma una mujer podrá abortar en "aquellos supuestos que no hay reproche penal" y que esos supuestos serán fijados por el legislador. También ha dejado claro que en la nueva ley no contemplará plazos genéricos en los que sin más consideración una mujer pueda abortar.
"Lo más progresista es defender el derecho a la vida", ha afirmado Gallardón durante la entrevista.
     Según ha señalado, "siempre el concebido y no nacido es sujeto de protección jurídica", aunque esto "no significa de ninguna de las formas que en todos los supuestos la interrupción voluntaria de embarazo vaya a suponer un reproche penal". "Es un sistema que funciona en los grandes países occidentales y creo que es lo que el Tribunal Constitucional nos dijo que tenía que hacer el legislador", ha añadido.
     Sobre este asunto, ha explicado que el PP no tiene intención de esperar a que el Constitucional se pronuncie sobre el recurso de inconstitucionalidad que plantearon contra la norma porque "ya se ha pronunciado", aunque "muchas veces se obvia", y "ya ha dicho cómo se tiene que interpretar la defensa del derecho a la vida y la no penalización de determinados supuestos" de aborto.
     Gallardón se refería así a la sentencia dictada por el Constitucional en 1985 en relación a la normativa en materia de aborto aprobada aquel mismo año, que, según ha dicho, "marcó claramente que la despenalización, es decir, el supuesto de interrupción del embarazo, no podía suponer en ningún caso la desprotección de los derechos que el concebido y no nacido tiene reconocidos por la propia Constitución".
    Además, se ha referido a la cuestión de que las jóvenes de 16 y 17 añospuedan abortar sin consentimiento paterno, previsión de la ley vigente que a juicio de Gallardón es un "error" porque implica que en España "una menor de edad tenga que pedir permiso a sus padres para hacerse un piercing o un tatuaje y sin embargo legalmente pueda interrumpir su embarazo sin ni siquiera comunicárselo".


     Al muerto, le da igual que lo maten por plazos o por supuestos; la consecuencia es la misma: que se muere.

       Si lo más pogresista es defender el derecho a la vida, sea usted progresista y  defiéndalo  pero defienda el derecho de todos, no sólo el de los "talentos" como usted. La misma dignidad tiene un Ministro de Justicia , que el discapacitado al que se le niega el derecho a vivir con la ley que propone. No nos quiera hacer comulgar con ruedas de molino, Sr. Ministro: ésto no es lo que los votantes esperaban de su partido. Espero que sirva de lección para cuando haya otras elecciones.

     Mejor que nadie conocerá que la ley de supuestos en la práctica permitía el aborto libre , tal y cómo la hace esta que tenemos ahora. Al fin y al cabo, el tema de las menores es lo de menos: son los propios padres los que las inducen  a abortar. Creo que pocos negarían su consentimiento. Y  hablo con conocimiento de causa: existen ocasiones en que habría que proteger a las menores de sus padres en esta cuestión pues me consta que más de una se ha visto obligada a abortar por imposición paterna.

     Si quiere emular a  los grandes países occidentales, hágalo en otros ámbitos en los que estamos tan necesitados de seguir su ejemplo pero no precisamente en éste. Sepa usted, Sr. Ministro, que tiene una gran responsabilidad y no precisamente ante sus votantes - que también- sino ante Dios. No condene, por querer a agradar a todos, a los más inocentes de los inocentes. No se condene usted, Sr. Ministro.

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