miércoles, 31 de julio de 2013

31 DE JULIO, SAN IGNACIO DE LOYOLA










Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, 
mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer;
 Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno. 
Todo es vuestro. Disponed a toda vuestra voluntad, dadme vuestro amor y gracia que ésta me basta.



Habitación en la que falleció San Ignacio  (Roma,  31 de julio de 1.556 )
    Precisamente en julio de 2011, tuve la suerte de pasar unos días en Roma  con  dos amigos,   visitando  , entre otros lugares, la iglesia del Gesù, junto a la cual se encuentra la habitación en la que murió San Ignacio, hace hoy 457 años y que ha sido convertida en una capilla tal y como aparece en la imagen. Junto a esta habitación ,existen otros cuartos también usados por el santo y en los que se encuentran expuestos diversos artículos de su uso personal.
        Iniciamos el recorrido en la hora inmediatamente posterior al almuerzo, es decir, a la hora del sueño. Un jesuita ya mayor se encontraba haciendo labores de vigilancia y fue el que nos mostró la habitación , ofreciéndonos la posibilidad de orar un rato en la misma. Mis amigos y yo agradecimos el ofrecimiento y  nos sentamos en silencio a fin de practicar nuestras devociones. Allí se estaba fresquito y el ambiente favorecía la elevación del espíritu. A poco de habernos sentado, cuando me estaba medio trasponiendo - supongo que de la quietud- noté como  mi acompañante situada a mi diestra, se iba dejando caer poco a poco sobre mi. Miré  y la vi  profundamente dormida y escorada. La recoloqué con cuidado y proseguí mis meditaciones. Un instante después , un ruido a mi izquierda me sacó del nirvana en el que ya empezaba a entrar. Mi amigo dormía  plácidamente aderezando su sopor con musicales ronquidos. Ante ese panorama y sospechando  que el jesuita vigilante pudiera encontrarse al acecho, me esforcé en no arrobarme demasiado a cuyo fin  me dediqué a distraerme mirando los detalles. Cuando  pensé que mis amigos ya habían orado lo suficiente, los desperté con cuidado para no sobresaltarlos y proseguimos nuestra visita por Roma no sin despedirnos antes del jesuita , a quien  le hicimos saber el ratito tan bueno de recogimiento que habíamos echado.


Cuadro de la Sagrada Familia que se conserva de la época de San Ignacio, debajo del cual hay una placa que señala el lugar en el que se encontraba la cama en la que falleció